Adolescencia
y sexualidad. Rosa Sanchis y Enric Senabre (Col·l3ctiu
Baubo) Editorial Rialla. València. 2005 |
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CONTRAPORTADA INTRODUCCIÓ (EN VALENCIÀ) |
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Contraportada Demasiados
prejuicios en torno a la sexualidad. Demasiadas acusaciones contra la
juventud. Demasiadas exigencias para la educación. Estos podrían ser los
excesos contra los que se revuelve el libro que tenéis entre manos. Desde
el estudio serio y riguroso de un entorno social concreto se desgranan
toda una serie de consideraciones generales sobre la sexualidad de
nuestros adolescentes; la posibilidad de educarla desde una perspectiva
lúdica, abierta y tolerante; y las consecuencias que ello podría
traer a nuestra sociedad. Todos
estos aspectos convierten el presente trabajo en un espejo en el que
mirar/mirarnos todos, padres y madres e hijos, jóvenes y adultos, alumnos
y profesores. Puede ser que en su reflejo nos re-conozcamos mejor, en lo
que somos y en lo que queremos ser; en lo que vemos y en lo que nos gustaría
ver; en lo que hacemos y en lo que nos gustaría hacer. |
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El
ensayo que tenéis en vuestras manos es el fruto de diez años de
conversaciones y de trabajo sobre la sexualidad con los adolescentes de
Chiva. Este estudio surge también del interés por un tema que implica
tanto a maestros como a alumnos, a padres y a hijos, a políticos y a
ciudadanos, porque todos tenemos el potencial de disfrutar de la
sexualidad, aunque desgraciadamente muchos hayamos sufrido también las
consecuencias de una educación limitadora y castradora. Lo queramos o no,
la sexualidad es una dimensión humana que nos
acompaña siempre, aunque en cada momento evolutivo la vivamos de una
manera diferente. La sexualidad es una forma de comunicación humana, es
una fuente de placer, de salud, de afectos y, cuando se desea, de
reproducción. Desgraciadamente, nuestra cultura nos ha transmitido
una sexualidad recortada, amordazada, ciega y sorda, esposada: una
sexualidad genital y coital, para adultos
“normales”, varones
y heterosexuales, encaminada al matrimonio
y a la reproducción. Del
trabajo con nuestros jóvenes y de la observación y el estudio de la
realidad circundante, hemos llegado a la conclusión de que la mayoría de
estos recortes continúan vigentes. Que la sexualidad de los pequeños, de
los ancianos, o de los minusválidos físicos o psíquicos, no es tenida
en cuenta. Que las mujeres tampoco deben mostrarse demasiado activas. Que
los homosexuales, mejor si son familia de otros. Que la práctica sexual
estrella es el coito. Y que el matrimonio continúa siendo la forma de
relación social y legalmente favorecida. Pero
para saber más sobre la concepción de la sexualidad de los jóvenes de
Chiva, pensábamos que era necesario conocer más objetivamente el saber
que habíamos acumulado de manera personal y difusa y, por eso, decidimos
diseñar una encuesta que nos aportara datos reales sobre los aspectos que
más nos interesaban. Los resultados han sido estructurados en cinco capítulos
que a continuación pasamos a presentar. En
el capítulo 1: La educación de la
sexualidad, les hemos preguntado a nuestros alumnos si estaban
satisfechos con la educación sexual recibida, dónde habían aprendido lo
que sabían y dónde les hubiera gustado aprenderlo. En el capítulo 2, Mujeres
y hombres, les hemos planteado si los hombres y las mujeres eran o debían
ser diferentes respecto de las labores del hogar, en la familia y en la
sexualidad, qué era para ellos la sexualidad, cuál era la parte de su
cuerpo que más placer les proporcionaba y cuáles eran las prácticas más
placenteras. En el capítulo 3, Prácticas
sexuales, les hemos preguntado sobre su propia actividad sexual: qué
han practicado, con quién, con qué frecuencia, cuándo y dónde. En el
capítulo 4, Autopercepción, autoestima y expectativas vitales, nos han hablado
sobre la estima de su cuerpo en general y de los genitales en particular,
lo que valoran en la pareja y lo que esperan de su futuro afectivosexual.
Finalmente, en el capítulo 5, Percepción
y prevención de riesgos, les hemos preguntado sobre anticoncepción y
prevención de enfermedades de transmisión sexual y sobre el aborto. La
lectura de los cinco capítulos que componen este ensayo no ha de hacerse
linealmente, si no se desea. Cualquiera de los capítulos muestra con
claridad nuestro objetivo prioritario: la necesidad de intervenir de
manera consciente en el proceso de sexuación de nuestros jóvenes. Callar
también es educar. Y muchas veces significa perpetuar el modelo ya
existente, a la espera de que los jóvenes se las arreglen como puedan
solos si quieren cambiar el modelo existente. Al fin y al cabo eso es lo
que hemos tenido que hacer todos, aprender solos: y claro, así nos ha
ido. Es evidente que nuestros jóvenes disponen ahora de una información
que nosotros no teníamos, pero esto únicamente oculta la perpetuación
del modelo existente. La
mayor parte de las explicaciones de los adultos sobre la sexualidad se
refieren a los diversos aspectos de la reproducción. Hablar de sexualidad
se confunde con hablar de relaciones sexuales y, frecuentemente, hablar de
relaciones sexuales supone hablar de relaciones coitales. La visión que
hemos de transmitir es que la sexualidad no es un coito y ya está.
Expresar con cualquier parte de nuestro cuerpo un deseo, un sentimiento,
descubrir el lenguaje de las caricias... todo eso es sexualidad. La
sexualidad se manifiesta a través de
una gran variedad de formas de expresión y el hecho genital
solamente es un aspecto más. La
sexualidad tampoco es un instinto biológico
destinado únicamente a la reproducción. Y aquí tenemos el clítoris
para corroborarlo: a diferencia del resto de mamíferos y primates, este
órgano produce placer independientemente de la reproducción. La
sexualidad no se da solamente con personas del otro sexo. El deseo y el
placer pueden surgir de nuestro propio cuerpo, con personas del mismo sexo
o incluso con la imaginación a través de las fantasías sexuales.
Y todo esto se debe decir. Y más cosas. Hablar de sexualidad es
hablar de afectividad. Necesitamos transmitir una visión positiva que
relacione la sexualidad con el placer, los sentimientos y el amor, y
mostrarla como un aspecto de la personalidad que se debe afrontar con
libertad, respeto y tolerancia, y no como un hecho vergonzoso o peligroso.
Es necesario proporcionar información sobre el motivo por el que ocurren
los hechos y las responsabilidades que se derivan, pero sin culpabilizar
ni crear miedos infundados. En definitiva, se debe enseñar sexualidad
porque si no lo hacemos nosotros, otros lo harán, movidos por intereses
no tan loables, y con mucha menos preocupación por una educación
integral y sana de la sexualidad. |
L’assaig
que teniu a les mans és el fruit de deu anys de converses i treball sobre
la sexualitat amb els adolescents de Xiva. Aquest estudi sorgeix també de
l’interès per un tema que afecta tant mestres com aprenents, pares i
fills, polítics i ciutadans, perquè tots n’hem gaudit i de segur també
l’hem patit. Ho vulguem o no, la sexualitat és
una dimensió humana que ens acompanya sempre, tot i que en cada moment
evolutiu la vivim d'una manera diferent. La sexualitat és una forma de
comunicació humana, és una font de plaer, de salut, d'afectivitat i,
quan es desitja, de reproducció. Malauradament, la nostra cultura
ens ha transmès una sexualitat retallada, emmordassada, cega i sorda,
emmanillada: una sexualitat genital i coital, per a adults
“normals”, barons i heterosexuals,
encaminada al matrimoni i a la reproducció. Del
treball amb els nostres joves i de l’observació i l’estudi de la
realitat circumdant, hem arribat a la conclusió que la majoria
d’aquestes retallades continuen vigents. Que la sexualitat dels menuts,
dels ancians, o dels minusvàlids físics o psíquics, no és tinguda en
compte. Que les dones tampoc no han de mostrar-se massa actives. Que els
homosexuals, millor si li toquen a una altra família. Que la pràctica
sexual estrella és el coit. I que el matrimoni continua sent la forma de
relació socialment i legalment afavorida. Però
per saber més de la concepció de la sexualitat dels joves de Xiva, pensàvem
que era necessari conèixer més objectivament el saber que havíem
acumulat de manera més personal i difusa i, per a això, vam dissenyar
una enquesta que ens aportara dades reals sobre els aspectes que ens
interessaven. En el capítol 1: L’educació de la sexualitat, els hem preguntat als nostres
alumnes si estaven satisfets amb l’educació sexual rebuda, on havien
après el que sabien i on els hauria agradat aprendre-ho. En el capítol
2, Dones i homes, els hem
preguntat si els homes i les dones eren o havien de ser diferents en les
tasques de la llar, en la família i en la sexualitat, què era per a ells
la sexualitat, quina era la font de plaer del seu cos i quines les pràctiques
més plaents. En el capítol 3, Pràctiques
sexuals, els hem preguntat sobre la seua pròpia activitat sexual: què
havien fet, amb qui, amb quina freqüència, quan i on. En el capítol 4, Autopercepció,
autoestima i expectatives vitals, ens han parlat sobre l’estima del
seu cos en general i dels genitals en particular, el que valoraven en la
parella i el que esperaven respecte del futur afectivosexual. Finalment,
en el capítol 5, Percepció i
prevenció dels riscs, els hem preguntat sobre anticoncepció i
prevenció de malalties de transmissió sexual i sobre l’avortament. La lectura dels cinc capítols que conformen aquest assaig no s’ha de fer linealment, si no es desitja. Qualsevol dels apartats mostra amb claredat l’objectiu que pretenem per damunt de tot: la necessitat d’intervenir de manera conscient en el procés de sexuació dels nostres joves. Callar també és educar. I moltes vegades significa perpetuar el model ja existent, a l’espera que els joves s’ho apanyen sols si volen trobar models alternatius. És el que hem hagut de fer tots, aprendre sols: i així ens ha anat. És evident que els nostres joves disposen ara d’una informació que nosaltres no teníem, però això no fa sinó tapar les mordasses de què parlàvem abans, perquè el model és el mateix. La
major part de les explicacions dels adults sobre la sexualitat es
refereixen als diversos aspectes de la reproducció. Parlar de sexualitat
es confon amb parlar de relacions sexuals i, freqüentment, parlar de
relacions sexuals suposa parlar de relacions coitals. La visió que hem de
donar és que la sexualitat no és un coit. Expressar amb qualsevol part
del nostre cos un desig, un sentiment, descobrir el llenguatge de les carícies...
tot això és sexualitat. La sexualitat té una gran varietat de formes
d'expressió i el fet genital solament n’és un aspecte més. La
sexualitat tampoc no és un instint biològic
sols per a la reproducció. I aquí tenim el clítoris per a
corroborar-ho: a diferència de la resta de mamífers i primats, aquest òrgan
produeix plaer independentment de la reproducció. La sexualitat no es dóna
solament amb persones de l'altre sexe. El desig i el plaer poden sorgir
del nostre propi cos, amb persones del mateix sexe o fins i tot amb la
imaginació a través de les fantasies sexuals.
I tot això s’ha de dir. I més. Parlar de sexualitat és parlar
d’afectivitat. Cal transmetre una visió positiva que relacione la
sexualitat amb el plaer, els sentiments i l'amor, i mostrar-la com un
aspecte de la personalitat que s’ha d’encarar amb llibertat, respecte
i tolerància, i no com un fet vergonyós o perillós. Cal donar informació
sobre el motiu pel qual ocorren els fets i les responsabilitats tocant a
aquests esdeveniments, però sense culpabilitzar ni crear pors. En
definitiva, s’ha d’ensenyar sexualitat perquè si no ho fem nosaltres,
altres, moguts per interessos no tan lloables, i amb molt menys
d’estima, de segur que ho faran. |
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