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1.
LOS VALORES UNIVERSALES
2. HOMBRES Y ANIMALES: NIETZSCHE
3 EL DEBER: KANT
1. LOS VALORES
UNIVERSALES
¿Dónde se encuentra la moral en nuestro mundo?
¿Es un asunto de expertos, de moralistas?
Seguro que no, observad estos anuncios publicitarios y reflexionad sobre los
valores que transmiten
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En este anuncio se invoca un valor
fundamental de nuestra sociedad, pero ¿en qué sentido se utiliza?
Se juega con dos sentidos, el puramente
material y el aspecto moral, pero aplicando este último a una situación
especial, la de los minusválidos.
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Este anuncio nos vende un estado vital,
más que un valor propiamente dicho...
la Felicidad
aunque entendida en el sentido de
bienestar material, algo bien distinto de su sentido moral. |
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Otras veces nos venden
imaginación y talento mezclados con frescura, dirigiendo
así nuestra escala de valores |
Incluso la originalidad
se convierte en un valor fácil de alcanzar a través de
una simple compra. |
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Como podéis ver, ahí, en los anuncios publicitarios, hay una
visión del mundo y de las relaciones humanas, y el problema es que se nos vende
junto a los teléfonos móviles o los valores de la Bolsa. Pero mientras con los
teléfonos somos más o menos conscientes de que nos los quieren vender, el
resto se añade como propina y sin avisar.
Bien, pues ahí, entre otros sitios, está la moral. En la Televisión,
en la publicidad de los periódicos y las vallas. Ella, la publicidad es una fuente importante de
transmisión de valores, y con ellos, de la moral.
Primero
hemos de distinguir entre hechos y valores,
donde los hechos son los sucesos que podemos comprobar
con nuestros sentidos, que son tal como decimos, mientras que
los valores implican una apreciación subjetiva que no todos
tienen porqué ver.
Es una distinción paralela a Cuestiones de Hecho y cuestiones
de Valor, en la cual una es objetiva y comprobable, y la otra
subjetiva y personal.
Pero, ¿Qué son los valores?
Llamamos valores a aquellas cualidades que tienen las cosas y las acciones
y comportamientos humanos que las hace estimables y deseables por sí
mismas y no por relación a alguna otra cosa. En este sentido diremos que
son queridas como fin y no instrumentalmente o como medios. |
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De
acuerdo, ahora ya nos podemos hacer una idea de lo que son los
valores, y nos damos cuenta de que no son esos que nos vende la
publicidad,
pero, ¿Qué características tienen los valores?
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Además,
los valores tienen polaridad, es decir, pueden ser positivos o
negativos, y también jerarquía, en cuanto que los hay superiores
e inferiores o, desde otro punto de vista, unos son más
importantes que otros. Podemos citar como ejemplo que si alguien tiene
como un valor la honradez diremos que quiere serlo no por relación a
alguna otra cosa sino por sí mismo. Sería este un ejemplo de lo que
nosotros consideraríamos un valor positivo, que no sería el último o
superior si esa persona la mismo tiempo considera que dejaría de ser
honrada si con ello salvara la vida de alguien. |
EJERCICIOS
DE COMENTARIO DE TEXTO
Pero vale la pena profundizar
en las características de los valores, porque a veces se
entienden en un sentido puramente abstracto y se rebaja su valor
revolucionario:
Aquestes pàgines no volen
plantejar els valors en el terreny de les idees
abstractes, sinó en el de l'experiència concreta. per
això, en lloc de partir d'una definició essencial dels
valors, partirem d'unes quantes definicions força
elementals:
1. Convé passar de les
grans paraules a la pràctica concreta. hem de
distingir entre valors i bens: "De fet, els grans
valors només es converteixen en bens de debò quan
passen de ser idees a ser realitats, quan es
concreten."
2. Sovint triem entre valors
que entren en competència. "sovint els bens
que triem entren en competència(...) al llarg de la
vida hem de fer tria i prendre decissions, i ens adonem
que els valors morals acaben sent els de referència última."
3. Els valors responen
sempre a interessos. Decidim en funció dels nostres
interessos, però de vegades posem al davant interessos
de la humanitat sencera.
4.
Els valors s'han de defensar activament. "tots
ens hem de sentir convocats a la defensa dels valors i
dels béns que acceptem, si és que els volem mantenir i
enfortir. Per això no resulta gens inútil recordar que
els valors i , sobretot, els béns són fràgils."
Terricabras, J M. I a tú, què
t’importa? La Campana. Pg. 52-3 i ss. |
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De
todas formas, lo verdaderamente importante de los valores es su carácter
creativo y original que confiere a la vida humana su interés:
"Aunque
no me atrevo a decir si son cinco, ocho o catorce, creo que los
sentimientos universales son muy pocos. Todos los demás han sido
culturalmente construidos, y se transmiten por nuestra educación.
Nuestra vida afectiva es el resultado de una larga historia de creación
sentimental. A partir de unos sentimientos primarios hemos inventado un
repertorio muy amplio de sentimientos, y como los sentimientos alumbran
los valores, lo que acabo de decir significa que la inteligencia crea
valores nuevos. La vergüenza, la culpa, la humillación, el orgullo, la
confianza, el respeto, el patriotismo, los sentimientos estéticos y un
larguísimo etcétera, son creaciones sociales, y por ello han de estar
sometidas a evaluación y crítica. Son invenciones históricas que han
tenido su razón de ser y pueden tener su razón de no ser."
José Antonio Marina. Ética para náufragos.
P.22 |
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Pero,
ya para especialistas, ¿ A qué se refieren estos valores? ¿De qué realidades
hablamos cuando hablamos de valores?
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¿A qué podrían reducirse los valores, según esta última concepción? Tres eran los grandes sectores de la realidad que habíamos señalado: las cosas, las esencias y los estados psicológicos. Se intentó, en primer término, reducir los valores a los estados psicológicos. El valor equivale a lo que nos agrada, dijeron unos; se identifica con lo deseado, agregaron otros; es el objeto de nuestro interés, insistieron unos terceros. El agrado, el deseo, el interés, son estados psicológicos; el valor, para estos filósofos, se reduce a meras vivencias.
En abierta oposición con esta interpretación psicologista se constituyó una doctrina que adquirió pronto gran significación y prestigio, y que terminó por sostener, con Nicolai Hartmann, que los valores son esencias, ideas platónicas. El error de esta asimilación de los valores a las esencias se debió en algunos pensadores a la confusión de la irrealidad con la idealidad. La supuesta intemporalidad del valor ha prestado un gran apoyo a la doctrina que pretende incluir los valores entre los objetos ideales.
Si bien nadie ha intentado reducir los valores a las cosas, no hay duda que se confundió a aquéllos con los objetos materiales que los sostienen, esto es, con sus depositarios. La confusión se originó en el hecho real de que los valores no existen por sí mismos, sino que descansan en un depositario o sostén que, por lo general, es de orden corporal. Así, la belleza, por ejemplo, no existe por sí sola flotando en el aire, sino que está incorporada a algún objeto físico: una tela, un mármol, un cuerpo humano, etc. La necesidad de un depositario en quien descansar da al valor un carácter peculiar, le condena a una vida «parasitaria», pero tal idiosincrasia no puede justificar la confusión del sostén con el sostenido. Para evitar confusiones en el futuro conviene distinguir, desde ya, entre los valores y los bienes. Los bienes equivalen a las cosas valiosas, esto es, a las cosas más el valor que se les ha incorporado. Así, un trozo de mármol es una mera cosa; la mano del escultor le agrega belleza al «quitarle todo lo que le sobra», según la irónica imagen de un escultor, y el mármol-cosa se transformará en una estatua, en un bien. La estatua continúa conservando todas las características del mármol común -su peso, su constitución química, su dureza, etc.-; se le ha agregado algo, sin embargo, que la ha convertido en estatua. Este agregado es el valor estético. Los valores no son, por consiguiente, ni cosas, ni vivencias, ni esencias; son valores.
Frondizi, Risieri ¿Qué son los valores?, FCE, México 1982, 5ª ed., p. 11-15. |
Si quieres continuar
aprendiendo sobre el tema, te invito a que visites una
magnífica página web sobre ética y filosofía en general,
visítala y ya me cuentas:
El primer filósofo que se
tomó en serio esto de los valores fue Sócrates, un personaje
que se pasaba el día preguntando a sus conciudadanos si tenían
claro esto de los valores. En nuestros días seguro que lo
encarcelarían (Ah! ¿que los atenienses lo condenaron a muerte?
Normal, no se puede estar todo el día dando la paliza)
EXPLICACIÓN:
Ø
Sócrates
fue un maestro ateniense que enseñaba moral a los jóvenes
de su ciudad. Vivía en la Atenas del s. V a. C, y discutió
muchas veces con los sofistas, con los que no estaba muy
de acuerdo ni en sus ideas ni en su manera de enseñar.
Ø
Defendían
una postura moral universalista frente a los
valores, es decir, opinaba que los valores deben ser
iguales para todos los seres humanos, independientemente
de su condición u origen.
Ø
Enseñaba
a través del diálogo, con preguntas y respuestas
continuas que permitían a su interlocutor pensar sobre
sus convicciones.
Ø
Enseñaba
la virtud, que entendía como una vida coherente y
respetuosa con las leyes de la ciudad, a las que se permitía
criticar, pero respetándolas.
EJERCICIOS
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Visita
la web que te indico y profundiza en la personalidad
de Sócrates
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EJERCICIOS
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"Sócrates.
- Tienes razón. Pero, mi buen amigo, este razonamiento
que hemos recorrido de cabo a cabo me parece a mí que
es aún el mismo de siempre. Examina, además, si también
permanece firme aún, para nosotros, o no permanece el
razonamiento de que no hay que considerar lo más
importante el vivir, sino el vivir bien.
CRITÓN.
- Sí permanece.
SÓCRATES.
-¿La idea de que vivir bien, vivir honradamente y vivir
justamente son el mismo concepto, permanece, o no
permanece?
CRITÓN.
- Permanece.
SÓCRATES.
-Entonces, a partir de lo acordado hay que examinar si
es justo, o no lo es, el que yo intente salir de aquí
sin soltarme los atenienses. Y si nos parece justo,
intentémoslo, pero si no, dejémoslo. En cuanto a las
consideraciones de que hablas sobre el gasto de dinero,
la reputación y la crianza de los hijos, es de temer,
Critón, que éstas, en realidad, sean reflexiones
adecuadas a éstos que condenan a muerte y harían
resucitar, si pudieran, sin el menor sentido, es decir,
a la mayoría. Puesto que el razonamiento lo exige así,
nosotros no tenemos otra cosa que hacer, sino examinar,
como antes decía, si nosotros, unos sacando de la cárcel
y otro saliendo, vamos a actuar justamente pagando
dinero y favores a los que me saquen, o bien vamos a
obrar injustamente haciendo todas estas cosas. Y si
resulta que vamos a realizar actos injustos, no es
necesario considerar si, al quedarnos aquí sin
emprender acción alguna, tenemos que morir o sufrir
cualquier otro daño, antes que obrar
injustamente."
Platón.
Critón. Diálogos I. (48b-d) Ed. Gredos |
EJERCICIOS
Participa en el
foro sobre Discusión ética que ponemos a tu disposición,
sólo tienes que tocar el enlace que aparece a continuación y
escribir tu opinión:
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